¿Quién no tiene una tarjeta de crédito en su cartera? Actualmente el pago con tarjetas es cada vez más habitual en nuestro país. La mayoría de comercios y establecimientos aceptan tanto el pago en efectivo como el pago mediante tarjetas bancarias.
Las tarjetas de crédito son un instrumento de pago con el que las entidades financian el consumo de sus clientes de forma rápida y sencilla. Esto significa que permiten realizar pagos con dinero del que no se dispone; el dinero pasará a deberse entonces a la entidad que proporciona la financiación.
Las tarjetas de crédito se presentan en un soporte de plástico que puede ser emitido por diversos servicios tecnológicos dedicados a la gestión y difusión de pagos. Estas tarjetas cuentan con el nombre del titular estampado en la parte frontal y con elementos de seguridad diversos como pueden ser: el “chip” - que permite el pago seguro a través de un código PIN-, la firma personal del titular, una fotografía del titular o el código de seguridad de la tarjeta situado en la parte posterior (CCV).
En función de las diversas características de las tarjetas podemos distinguir:
Existen diversos servicios tecnológicos dedicados a la gestión y la difusión del pago electrónico, éstos suelen mal llamarse “emisores de las tarjetas de crédito”, aunque son las entidades las que realmente emiten la tarjeta y estipulan las condiciones del contrato. Las empresas dedicadas al servicio de pago electrónico, no obstante, pueden ofrecer distintas ventajas para competir con sus rivales. La mayoría de entidades emisoras de tarjetas de crédito permiten al cliente elegir el servicio de pagos, por tanto, hay diferentes tarjetas:
Las tarjetas de crédito son un medio de pago en diferido. Es decir, el cliente realiza el pago en un momento concreto y no paga realmente con su dinero hasta después de un tiempo. Esto es así porque la entidad bancaria financia su pago y, en función del plazo de devolución que establece la entidad, distinguimos dos tipos de tarjetas:
Las tarjetas de crédito son un instrumento de pago con el que las entidades financian el consumo de sus clientes de forma rápida y sencilla. Esto significa que permiten realizar pagos con dinero del que no se dispone; el dinero pasará a deberse entonces a la entidad que proporciona la financiación.
Las tarjetas de crédito se presentan en un soporte de plástico que puede ser emitido por diversos servicios tecnológicos dedicados a la gestión y difusión de pagos. Estas tarjetas cuentan con el nombre del titular estampado en la parte frontal y con elementos de seguridad diversos como pueden ser: el “chip” - que permite el pago seguro a través de un código PIN-, la firma personal del titular, una fotografía del titular o el código de seguridad de la tarjeta situado en la parte posterior (CCV).