Préstamo / Crédito | Importe | Plazo | Honorarios | Total a devolver | |
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Préstamo (nuevos clientes) de Moneyman |
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Los préstamos personales, igual que los créditos al consumo, son productos bancarios que nos permiten financiar un bien (un coche o una moto, un máster, un viaje…) para el que, en el momento en el que se quiere adquirir, no se tiene el dinero suficiente.
Los dan bancos y financieras a personas a cambio de que éstas, ya sean físicas o jurídicas, devuelvan el importe que les han concedido en un plazo y con unos intereses (a veces también comisiones y otros gastos) acordados previamente. Todas las características de un préstamo están detalladas en el contrato que se firma a la hora de suscribirlo.
Antes de conceder un préstamo la entidad hace un estudio de viabilidad de la persona que lo pide. Analiza básicamente dos aspectos: su pasado y su presente financieros.
Por una parte, examinan si tiene un buen historial bancario, si siempre ha pagado las deudas que haya podido tener y si en algún momento ha estado en algún listado de morosidad. Por otra, si tiene la capacidad económica suficiente para pagar las cuotas y devolver la deuda. Es lo que se conoce como porcentaje de endeudamiento, y que no debe superar entre el 30 % y el 40 % de los ingresos. Esto es, si se tiene una nómina de 1.000 euros al mes, la cantidad máxima que se debería utilizar para pagar deudas debería de ser de entre 300 o 400 euros.
Las finalidades para las que se puede pedir un préstamo son variadas. Habitualmente se solicita para hacer frente a un gasto para el que no se tiene dinero suficiente. Y éste puede ser:
Antes de pedir un préstamo hay que tener en cuenta varios aspectos. Entre ellos, se debe evitar pedir más dinero del necesario y también se debe intentar que el plazo de amortización (tiempo en el que se va a devolver el préstamo) sea lo más corto posible ya que cuanto más largo, más intereses se tendrán que pagar.
Para saber cómo serán las cuotas, se puede utilizar un simulador de préstamos, como el de CrediMarket, gratuito. Para hacer tus números acerca de los pagos debes introducir el tipo de interés (ya sea fijo o variable) del préstamo, la cantidad de dinero que vas a pedir y el tiempo en el que lo quieres devolver.
Hay que recordar que además del tipo de interés y el plazo de amortización, otros factores pueden hacer variar las cuotas. Son:
Además de saber cómo pueden quedar las cuotas, con el simulador de CrediMarket se pueden hacer otros cálculos. Entre ellos, cuánto dinero se puede pedir en un préstamo según el tipo de interés, el plazo de amortización y el importe que queramos pagar cada mes, o el tiempo que se va a necesitar para devolverlo.
En 2018 el interés medio de los préstamos al consumo se mueve, según estadísticas del Banco de España, entorno el 8,00%. A pesar de ello, se pueden encontrar productos de financiación para particulares con tipos más bajos.
El interés que aplica la financiera depende de varios factores como la finalidad para la que se pide el préstamo, el tipo de entidad que lo comercializa (habitualmente si los trámites se llevan a cabo ‘online’ son más económicos) o la vinculación que se asuma.
Es probable que si hacemos la solicitud en nuestro banco habitual obtengamos, de partida, una respuesta más rápida y mejores condiciones ya que conocen al detalle nuestro perfil financiero: ingresos, gastos reiterados, otras deudas, cómo hemos hecho frente a cualquier apuro económico que hayamos podido tener en el pasado…
Pero no siempre es así. Es por eso que antes de pedir un préstamo se recomienda estudiar diferentes posibilidades ya que puede suceder que otras entidades tengan mejores ofertas o nos hagan una mejor, personalizada, para añadirnos a su cartera de clientes. Este hecho puede pasar por contratar otros productos u ofrecernos menos comisiones.
Además, y si bien el interés es uno de los aspectos básicos a estudiar cuando se contrata un préstamo, hay que tener en cuenta estos factores que pueden condicionar cómo acabarán siendo las cuotas.
De ahí la importancia de comparar las opciones que nos facilita el mercado, con todas sus características. Para ello es recomendable el uso de una herramienta como un comparador de préstamos como el de CrediMarket, en el que encontrarás la oferta de financiación que ofrecen las entidades en España.
Buscar un préstamo puede ser una tarea complicada por la cantidad de entidades y productos que existen es por ello que un comparador puede resultar muy útil.
En el de CrediMarket recopilamos y resumimos, gratis, toda la oferta de préstamos personales que se puede encontrar en España, con sus características: intereses, importes mínimos y máximos, plazos de amortización, comisiones, posibles vinculaciones… Así como información sobre la entidad que lo comercializa. Siempre al detalle y actualizada.
Para ayudarte en la búsqueda, los hemos ordenado todos los préstamos en función de la finalidad para lo que se quiere pedir (comprar un coche, una moto, un ordenador, hacer obras en casa…) finalidades. También según los requisitos que se exigen al pedirlo (domiciliación de nómina, avales…) y por entidades, por si quieres solicitarlo a un banco o financiera en concreto.
Además, desde CrediMarket te ofrecemos varias herramientas que te pueden ayudar en el proceso de selección. Entre ellas, una calculadora para que puedas simular cómo quedarán las cuotas en función del interés, el plazo de amortización y el importe que elijas.
Para que puedas analizar y comparar, al detalle, todas las posibilidades que te ofrece el mercado español y elegir la que más te interese. Y así te ahorres tiempo y dinero.
La mejor financiación es aquella que se adapta a las necesidades y a las características de la persona que lo pide. Esto es, puede hacer la compra que quiere financiar y el pago de las cuotas no es un ahogo en la economía del hogar.
Según los expertos, el porcentaje de endeudamiento total (se incluirían todos los préstamos: personales, hipotecarios, tarjetas de crédito…) de una familia no debe superar el 40 % de sus ingresos. El 60 % restante se destinaría a los gastos habituales (facturas, manutención, colegio…) y, en la medida de lo posible, al ahorro.
Antes de decidirse por un préstamo u otro es necesario analizar las diferentes ofertas que ofrecen los bancos. En este sentido, expertos de CrediMarket recuerdan que éstos son algunos de los aspectos a tener en cuenta para elegir el mejor préstamo posible:
Así pues, para intentar ajustar de la mejor forma posible la elección del préstamo es recomendable usar un comparador financiero. El de CrediMarket te puede resultar muy útil porque en él, además de información acerca de cómo son los préstamos que ofrecen las principales entidades financieras podrás utilizar, gratis, nuestra calculadora y hacer simulaciones sobre cómo quedarían las cuotas en función del tipo interés, el importe que se solicite, el plazo de amortización…
El tiempo que pasa entre que una persona pide un préstamo y tiene el dinero en su cuenta depende del tipo de producto de financiación que se haya solicitado y la entidad a la que se solicita.
Si es un minipréstamo o un préstamo rápido, el importe puede estar en la cuenta de forma casi inmediata, entre 15 minutos y 24 horas después de hacer la solicitud, respectivamente.
Pero si se trata de un préstamo personal, y aunque no existe ninguna norma, el tiempo se puede ampliar y llegar al mes, pero depende de varios elementos.
Entre ellos, si se pide al banco con el que se es (o ha sido) cliente habitual. En estos casos, se puede agilizar el procedimiento ya que conocen muy a fondo nuestro perfil económico. Así, si se entregan todos los papeles que nos hayan pedido (DNI, nóminas, etc.) y se cumple con los requisitos de contratación, el dinero puede estar disponible en 72 horas.
En cambio, si la solicitud se hace en un banco nuevo todo el proceso se puede alargar y llegar al mes. Es así porque el departamento de riesgos de la entidad debe analizar si la persona que pide el préstamo tiene capacidad económica suficiente para devolverlo, cómo ha actuado ante pasadas deudas, si ha estado en algún listado de morosidad…
Pero hay más factores que pueden condicionar el tiempo que tarda en estar disponible el dinero de un préstamo. Entre ellos:
Las finalidades para las que se puede pedir un préstamo personal son variadas siempre y cuando se destine a un propósito particular, no empresarial.
Éste puede ser afrontar un gasto programado en las finanzas personales pero para el que no se dispone del dinero suficiente para pagarlo al contado. Sería el caso de comprar un coche o una moto o hacer unas obras en casa, pagar unos estudios, como un postgrado o un máster, entre otros.
También puede emplearse porque llega a la economía familiar un desembolso inesperado, como la avería de un electrodoméstico o del coche, o un tratamiento médico.
Con los préstamos personales se puede obtener más dinero que con una tarjeta de crédito y el interés que aplican es menor.
A día de hoy, facilitan importes que pueden moverse entre los 1.000 y los 75.000 euros y el plazo de amortización puede alargarse hasta los 10 años; pueden tener comisiones, sobre todo de apertura, y requerir de la contratación de otros productos de la entidad, como abrir una cuenta corriente, pero todas estas características dependen de la política de cada banco o financiera. Si bien todas comparten un requisito: para poder acceder a un préstamo personal se ha de ser mayor de 18 años.
Aparecer en un listado de morosidad como Asnef o Experian o en un fichero de impagados como Rai complica la posibilidad de conseguir un préstamo.
Antes de conceder cualquier producto de financiación, los bancos y financieras estudian muy a fondo el perfil del solicitante: su economía presente y pasada.
Analizan sus ingresos recurrentes y justificados y los gastos que pueda tener para si va a ser capaz de devolver el importe que ha pedido, más los intereses, en el plazo acordado. También si ha pasado algún momento de apuro y cómo ha respondido ante este hecho. En este sentido, consultan si ha estado o está en listados de morosidad.
Con todo, que sea complicado obtener financiación estando en Asnef, Experian o Rai no quiere decir que sea imposible. Hay financieras que conceden préstamos a personas que están en listados de morosidad siempre y cuando la deuda sea inferior a un importe (1.000 o 2.000 euros, según la entidad) y no corresponda a una deuda bancaria (se esté en el listado por no pagar recibos de la luz, teléfono…).
Un préstamo no es lo mismo que un crédito, aunque las dos palabras hagan referencia a productos de financiación y a veces las usemos como sinónimos.
En un préstamo una entidad (o una persona) deja una cantidad concreta de dinero a otra y esta última se compromete a devolverla, junto con los intereses que se han pactado previamente y que se aplican sobre el total del importe, en un plazo que también se ha acordado con anterioridad.
Los pagos, denominados cuotas, son regulares: cada mes, cada tres meses, cada seis meses… En función de lo que se haya negociado.
Por su parte, un crédito es una cantidad de dinero que la entidad pone a disposición de un cliente, a través de una cuenta o una tarjeta, y éste puede usarla en su totalidad o sólo una parte o no utilizarla mientras dure el contrato. A diferencia de los préstamos, cuando acaba el contrato (o se devuelve el dinero del crédito) se puede renovar.
Los intereses, que acostumbran a ser más elevados que en un préstamo, sólo se aplican sobre el importe que el usuario utilice. Puede haber alguna comisión.
Hay varios tipos de préstamos y créditos en el mercado de financiación, que se pueden diferenciar en función de sus características, la finalidad para la que se va a usar… Pero también del tipo de interés que añaden (fijo o variable) o el plazo de amortización.
Detallamos aquí los principales métodos de financiación, según indica el Banco de España en su portal del cliente bancario:
Sí. Contratar un préstamo online es cada vez más fácil y rápido ya que la gran mayoría de bancos y financieras dan la opción a través de sus páginas web, en las que se tienen que facilitar determinados datos.
Si se es cliente de la entidad, lo más normal es que se pida el nombre y apellidos y DNI, además de una vía de contacto, habitualmente un teléfono.
En caso de no serlo se tendrá que aportar más información: el importe que se pide, para qué se destinará, datos personales como fecha de nacimiento, estado civil, situación laboral…
La contratación de un préstamo a través de internet se diferencia de la de un préstamo ordinario por la rapidez con la que se gestionan los trámites. También la comodidad: quien solicita un préstamo online se ahorra viajes a la sucursal de la entidad. Y, probablemente, acaba siendo algo más barato ya que, aunque no se pueden negociar los intereses, el hecho de hacer los trámites por internet hace que no se apliquen ciertas comisiones y se abaraten costes.
Antes de decidir si concede un préstamo, el banco o financiera se querrá asegurar de que la persona que lo está pidiendo va a poder devolver el dinero más los intereses generados, sin problemas, en el tiempo acordado.
Cada entidad aplica sus propios criterios pero, en general, todas estudiarán el perfil económico actual del solicitante y revisará cómo ha sido su pasado financiero.
Hará una especie de balance en el que incluirá los ingresos fijos y justificados y los gastos recurrentes (facturas de agua, luz, gas…) y deudas que pueda tener (otros préstamos, hipotecas, créditos pendientes de las tarjetas…). También cómo ha respondido ante anteriores deudas y si ha estado en alguna ocasión en algún listado de morosidad. Y qué patrimonio tiene (inmuebles, cuentas de ahorro, inversiones…).
Para hacer este estudio, éstos son los papeles y documentación que las entidades suelen pedir:
Con todo, y si al banco le surgiera alguna duda sobre si el solicitante va a poder hacer frente a las cuotas o acerca de su historial crediticio, y cree que el patrimonio no va a ser suficiente (la garantía del préstamo son los bienes presentes y futuros del titular), es posible que pida que presente un avalista. Esto es, otra persona que se compromete a pagar las cuotas en caso que el titular no lo haga.
Los principales requisitos para poder acceder a un producto de financiación son que la persona que lo pida sea mayor de edad y que tenga un documento de identidad vigente (DNI, carné de conducir, pasaporte…).
De cumplirse estos requisitos, la entidad entrará a valorar ya el perfil económico del cliente. Para ello estudiará:
Otro factor que no es determinante pero sí puede ayudar en la concesión del préstamo es la antigüedad como cliente en la entidad en la que se pide. Cuantos más años haga que nos conocen, y si hemos sido cumplidores y responsables con todos nuestros movimientos financieros, más facilidades puede haber en la concesión.
Pedir un préstamo es una de las vías para poder acceder a algo para lo que no se tiene dinero suficiente. Puede ser la compra de un coche, una moto o un ordenador, hacer unas obras en casa o pagar unos estudios, entre otros. Para poder suscribir cualquier producto de financiación se tiene que ser mayor de edad.
La solicitud de un préstamo o crédito se puede hacer, básicamente, por dos vías: en persona, en una oficina de la entidad a la que se pide, o a través de internet o teléfono.
Aunque cada entidad financiera tiene su políticas propias, en general siguen un mismo patrón. Si se acude a una sucursal, en la primera visita se informará de que se quiere pedir un préstamo; nos preguntarán el importe que se quiere solicitar y, posiblemente, a qué se destinará el dinero. También nos informarán de la documentación que se va a tener que presentar y se rellenará la solicitud.
De concedernos la financiación, el titular recibirá un documento, que se llama oferta vinculante, en el que aparecen todas las características y condiciones del contrato. Tiene una vigencia de dos semanas. Si se aceptara, se procedería a la firma del documento en la misma oficina del banco o en una notaría.
Los trámites son más rápidos si se gestiona el préstamo online. Se rellena un formulario a través de la web de la financiera en la que se deben facilitar algunos datos como nombre y apellidos, DNI, cantidad de dinero que se quiere pedir, para qué, ingresos mensuales… Desde la entidad se pondrán en contacto con nosotros y nos pedirán la documentación, que se enviará por mail, correo ordinario o mensajero, según los hábitos de la entidad. Finalmente se procederá a la firma, que puede ser electrónica.
Puede suceder que surja un gasto imprevisto y tengamos una necesidad urgente de dinero. Conseguirla rápido puede ser una tarea complicada, pero no imposible.
Bancos y financieras tienen diferentes tipos de préstamos inmediatos, en los que el dinero está disponible en, como mucho, 48 o 72 horas. Pero cada uno tiene sus propias características, en función de la entidad a la que se solicita, el importe que se pide y el perfil y necesidad del usuario.
El principal gasto de un préstamo son los intereses que se generan, que se han pactado al firmar el contrato, y que se han de abonar.
Más allá de éste pueden (o no) existir otros pagos a los que se tiene que hacer frente y que se pueden añadir al inicio de la operación, durante y al finalizarla. Te explicamos las principales.
Cuando una persona muere deja en herencia sus bienes, pero también sus deudas. Por tanto, si tuviera un préstamo o una hipoteca, es posible que sus herederos se vean con la obligación de abonar las cuotas restantes.
Antes de aceptar una herencia en la que existe una deuda es recomendable preguntar si el fallecido tenía algún tipo de seguro de cobertura de capital ya que algunas financieras exigen su contratación a la hora de conceder un producto de financiación. Si existiera, la compañía de seguros debería abonar el dinero asegurado.
Así, si se quisiera saber si el finado tenía algún seguro vigente y su cobertura, se puede consultar al Ministerio de Justicia, a través de un certificado de contratos de seguros de cobertura de fallecimiento.
Conseguir un préstamo si se está en el paro es complicado. Bancos y financieras, antes de conceder cualquier producto, estudian muy a fondo las características económicas de la persona que lo solicita para asegurarse de que va a poder devolver el dinero que ha pedido más los intereses que se generen en el tiempo marcado.
Pero conseguirlo no es imposible. Eso sí, las condiciones pueden ser más duras o exigentes que si se tienen unos ingresos justificados y estables.
Si se pide, por ejemplo, en un banco exigirán que se domicilie la prestación de desempleo. Quizás también hagan contratar algún seguro de protección de pagos o presentar algún aval.
Se puede recurrir, también, a prestamistas privados, que permiten la contratación de un préstamo sin domiciliar la nómina, con intereses algo más elevados y probablemente más comisiones. Además, a la hora de hacer el estudio se pedirán extractos de las cuentas en otros bancos, detalle de ingresos, gastos, saldos medios, propiedades...
La consecuencia final de no pagar las cuotas de un préstamo es que el titular acabe con sus bienes embargados (las garantías en un préstamo son los bienes presentes y futuros, hasta abonar la deuda, del titular) e inscrito en un listado de morosidad, hecho que complicará la posible concesión de un préstamo en el futuro.
Ante un impago, éste suele ser el procedimiento que se sigue:
Por tanto, si se tuviera algún problema para pagar alguna mensualidad de un préstamo y se prevé que este se alargue en el tiempo, es recomendable que se acuda a la sucursal del banco en el que se ha suscrito y se intente negociar un periodo de carencia u otras condiciones (ampliar el plazo de amortización para rebajar las cuotas mensuales, por ejemplo).