Ante un apuro, existen varias posibilidades a la hora de solicitar dinero en una entidad financiera. Cada usuario debe elegir la más conveniente según las necesidades a las que deba hacer frente.
En algunos casos, un préstamo personal es la opción indicada. Se trata de un producto a través del cual el cliente de un banco o caja puede recibir una cantidad de dinero que se compromete a retornar, en cuotas periódicas, en un tiempo y con unos intereses acordados.
En estos casos, la financiera no exige al cliente una garantía especial, como una vivienda, tal como se hace en los préstamos hipotecarios. A continuación describimos los principales aspectos a tener en cuenta antes de solicitar un préstamo personal.
Existen varías vías para solicitar un préstamo o crédito personal:
Cada banco o caja demanda unos requerimientos determinados, dependiendo de las características del crédito y del cliente que lo solicite. Con todo, y simplificando mucho, tres serían los requisitos que debe cumplir el solicitante de un préstamo:
A partir de ahí, y a través de la documentación que se presentará, la entidad financiera elaborará un estudio para analizar los riesgos del préstamo y determinar la viabilidad de quien lo solicita.
Entre otros, evaluará los ingresos que pueda tener el cliente, sean cuales sean, los bienes con los que podrá responder en caso de no poder pagar y su historial crediticio. Esto es, que siempre haya cumplido con todos sus pagos y que no aparezca en ningún fichero de impagados como el ASNEF o RAI.
En este sentido, las personas con contratos indefinidos con antigüedad en una misma empresa y los funcionarios o empleados públicos podrán obtener con más facilidad un préstamo personal que una persona que trabaje como autónomo, que esté desempleada o que tenga un contrato temporal.
Cuando un banco o caja concede un préstamo personal, exige al suscriptor varios documentos para acabar de formalizarlo. Estos son los más frecuentes:
Antes de pedir un préstamo personal, se deben de tener en cuenta varios aspectos. Entre ellos, se recomienda solicitar información a varias entidades financieras para, por un lado, poder evaluar las condiciones que ofrecen y determinar cuáles interesan más y, por otro, tener alternativas si la primera opción negara el crédito
Sea como sea, en los préstamos que se llevan a cabo a través de la sucursal de un banco o caja, se sigue normalmente este proceso:
En el caso de pedir un préstamo online, el proceso a seguir sería el siguiente:
A la hora de solicitar un préstamo es mejor hacerlo en la entidad con la que se opera normalmente. Los trabajadores de la oficina conocen a sus clientes y pueden acelerar el proceso de concesión del crédito. Si, además, quien lo pide es buen cliente es probable que no exijan ningún tipo de aval y le otorguen también pequeñas cantidades.
Cuando no se acude a la oficina habitual y se buscan otras opciones, un comparador de préstamos bancarios online puede resultar útil, pues muestra las ofertas globales del mercado y las ofertas que se pueden encontrar en bancos, cajas y financieras.
Comparar préstamos personales
También es conveniente tener en cuenta estos detalles:
Con todo, hay otras opciones, más allá de los préstamos personales. Una de ellas son los mini préstamos. Se trata de créditos de hasta 800 euros a devolver en un corto periodo de tiempo, normalmente en un máximo de 21 días, a lo sumo un mes. Se suelen pedir para solucionar gastos imprevistos. Las financieras los acostumbran conceder de forma rápida, incluso hay quien los otorga a través del teléfono o por SMS, pero los intereses que se deben pagar por ellos son elevados.
Por otra parte, los bancos y cajas se muestran reticentes a la hora de proporcionar un préstamo a personas que aparecen en alguna lista de morosos. En estos casos, algunas financieras suelen demandar una garantía hipotecaria. Otras piden empeñar parte del bien que se va a adquirir con el dinero solicitado. También se puede hacer la compra con la tarjeta de crédito y fraccionar el pago. Y es que muchas de ellas dan la opción de aplazar los pagos o hacerles frente de manera fraccionada. Habitualmente, conlleva el cobro de unos intereses.